No voy a decir nada.
No diré nada porque no tengo la más
mínima gana de escuchar los sabios consejos, comentarios y apoyo que me
tengan/quieran dar.
De verdad paso.
Sólo de imaginarme tener
que escuchar “cómo debo de tomarlo” “qué debo de hacer” o “lo que va a pasar”
se me revuelve el estómago.
Por eso y porque no puedo escucharme diciéndolo, no
diré nada.
No.